En
esto del BDSM, como en tantas otras cosas, realidad y ficcion, mejor dicho,
fantasias y realidad se cruzan se complementan y se retroalimentan, pero la
diferencia entre una persona sana y una de enferma radica en saber donde estan
esos limites.
En el
campo del sadomasoquismo extremo es donde esta mas claro, uno puede soñar con autenticas atrocidades y vivir una vida completamente normal. Pero si
lo intenta vivir en la realidad acaba como Armin Meiwes o Sharon Lopatkha,
protagonistas de escabrosos episodios sobre castracion y canibalismo y asfixia
erotica incompatible con la vida.
Otro caso son los relatos, estan muy bien,
posibilita la vivencia a traves de las letras de fantasias irrealizables de
otra forma, pero a veces a los incautos, solo les sirve para hacerse pajas
mentales que les llevan a protagonizar, autenticos episodios de verguenza
ajena, como el que voy a poner de ejemplo visto en la seccion de
correspondencia de Domina Zara.
Aun me rio al recordarlo….
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