jueves, 19 de abril de 2012

Domina Zara



Estoy pensando... ¿por qué a las Amas profesionales se nos ataca tanto?, no podemos ni pronunciarnos sin que se nos echen al cuello de una manera brutal, intentando humillarnos de la peor manera, se nos juzga, se nos tilda... 

Estoy pensando si será una caza de brujas.

Estoy pensando que siempre me he sentido a nivel profesional satisfecha conmigo misma, sabiendo que había aportado mucho y al mismo tiempo que me habían aportado a mí. 

Disfruté conociendo personas de diferentes estudios, profesiones, edades o razas... Charlaba con ell@s, teníamos mucha complicidad y con la mayoría también cariño. 

Siempre entregue amor en mis sesiones, cuidados, mimos, ternura... Muchos de ellos, después de una buena disciplina, cuando acababan agotados, lloraron entre mis rodillas abrazándome. 

Estoy pensando que compartí con tod@s ellos la fantasía que se había acordado. Nunca las superaba por no hacer adicto a la otra persona, o para no sentir que le manipulaba. 

Me sentía la directora, productora y protagonista de una obra teatral. 

Con tantos años de profesional, llegué a interpretar muchos papeles, hasta de Generala en el Festival Erótico de Cine junto a Robert Vicius. 

Allí nació ese papel, sin premeditación alguna, como todas las que protagonizaba el espectáculo itinerante Fetish Café. 

Nunca han sido sesiones estudiadas. El esclavo o esclava confiaba en mí y se dejaba llevar.

Yo lo reconducía hacia su mundo de fantasía desinhibiéndolo del exterior.

Yo también sentía lo mismo pero con coherencia, sin perder el control, por eso lo de Dómina, no porque me sienta superior sino por que domino la situación.

Cada cual sabíamos nuestros límites, que es lo único, junto al estado físico, que tenía importancia para nosotr@s.

Nunca me sentí diferente a cuando hacía sesiones en mi Escuela. Era lo mismo pero... sin público.

Llegue a tener esclavos personales y casi alguno 24/7. Hoy en día no aceptaría ninguna de las dos cosas ya que, unos se volvieron dependientes, algunos celosos, egoístas, machistas. Al final problemas... sólo se salvan algunos: los que tenían claro quienes eran, sus limitaciones y las mías.

Realicé sesiones muy duras y fuera de lo normal y sentido común. Ahora no las repetiría, pues en aquella situación, me sentía en el otro lado del espejo, confundida, manipulada, coaccionada y sola... 

A esa situación me llevo un esclavo mayor que yo que se enamoro enfermizamente de mí. Era muy astuto, sutil y obsesivo y supo llevarme de cabeza hasta sus oscuros y manipuladores fantasmas… 

Yo trabajaba en su casa y siempre hacía que yo le aplicará castigo ofendida y agobiada. Ese no era el sado que yo quería, pero se las manejó con astucia y acabé saboreando lo que era una persona con falta de autoestima.

Siempre me quedaban las sesiones profesionales que realizaba, que eran más naturales y equilibradas y en las que no faltaba ni la sincronización, ni el respeto…

Conocí esclavos que no deseaban implicar a su pareja por entender que ellas no se merecían, al cabo de tantos años, que se trastocara la relación de la pareja... porque seguro que pasaría.

Conocí esclavos que no le decían nada a sus novias y muchos a punto de casarse.

Conocí esclavos que querían aprender para poder hablarlo con su pareja y llegar a jugar juntos.

Conocí esclavos que, pese a que sus parejas podían compartir o compartían sus fantasías sin ningún problema, preferían las sesiones privadas con otras Señoras: se sentían más cómodos, fantasiosos. 

Entregarse a Damas diferentes esperando la sorpresa de lo que le harán, esperando siempre que apareciera una nueva para sustituir a la otra. Parecido al de las parejas vainilla como se le llama ahora, que podían hacer y hacían de todo con sus parejas pero... les gustaba cambiar de aromas y decían incluso que, era cosa de hombres variar de persona. El anonimato fascina más. 

He tenido al dueño o dueña del local tocándome en la puerta de la sala para comunicarme de alguna manera que me estaba excediendo de tiempo en la sesión.

También se me ha comunicado a través de los altavoces subiendo y bajando el tono.

He conocido esclavos muy prepotentes y muy machistas que se sentían muy perros en la sesiones pero que, cuando acababa, les subía el orgullo y hacían muestras de que eran superiores porque habían pagado.

He conocido esclavos que no han encajado por lo que fuere con el Ama y después la han despellejado y calumniado. 

He conocido esclavos ciegos, mancos y amputados y solo he visto en ellos a personas que se entregaban para que les realizase sus fantasías.

Lo primero para contactar era el anuncio en el Diario, no había otro medio.

Después la llamada y luego la presentación: hablar un poco de sus tendencias. Nunca he sacado un cuestionario para que lo rellenaran y hacer tiempo para la sesión… 

Prefería el diálogo pues se me quedaban más claras sus tendencias que leyendo en un papel cosas que ni venían al caso.

Para mí ha sido un trueque a la hora de entregarme el tributo, nunca me he sentido comprada ni alquilada. 

Aprendí rápidamente que debía cobrarlo por adelantado no fuera a ser que al final tuvieran que ir al coche para buscar la cartera o la hubieran perdido…

He conocido esclavos que no desean complicarse la vida contactando por Internet con Señoras particulares que, deseaban más que un esclavo, un amante que les resolviera la vida.

Otros se veían decepcionados por Señoras que solo querían tener orgasmos por carencia de ellos o escasos.

Algunas de ellas también les sorprendían con pagos de luz, corte de teléfono, cenas o regalos costosos o “mándame un sobre con dinero si quieres llegar a conocerme”…

He conocido esclavas y sumisas privadas decepcionadas, repudiadas, subestimadas con sus Amos por no querer llegar al límite que él les imponía.

Esclavas que se sentían objetos manipulables en sus privadas vidas, invadidas por un Amo que las amenazaba con contarle todo a familiares, amigos o marido…

He conocido esclavas que han concertado visitas a ciegas con Amos que han abusado tanto sexualmente como corporalmente de ellas, con la prepotencia malvada de que nunca les denunciaría. En algunas ocasiones con Amos “poderosos” que pagaban incluso con VISA… 

También en gabinetes ha pasado y yo lo he visto.

Tengo esclavos muy buenos amigos, cómplices desde mis inicios.

Tengo muy buenos recuerdos de toda mi trayectoria profesional y privada, y los malos, prefiero no recordarlos o tomarlos como experiencias educativas…

Lo que soy se lo debo a ellos, lo aprendí todo con ellos, me realicé con ellos, crecí con ellos…
Perdonad por la extensión de mi texto y graciassssssss por leerme
Dómina Zara

2 comentarios:

  1. Saludos;

    En primer lugar, enhorabuena por el blog y bienvenido, desde mi humilde posición, a la blogsfera. A ver si me pongo y lo voy enlazando.

    En segundo lugar, gracias por los elogios y halagos que dedicas a mi humilde espacio en el post anterior.

    En tercer lugar, mis más sinceras felicitaciones por los cuadros, que creo reflejan muy bien a las diferentes personalidades del mundillo que has tomado como referencia.

    Y, por último, qué decir de Dómina Zara que no se haya dicho ya...creo que este escrito refleja muy bien su sentir y forma de ver estos mundos, desde la profesionalidad y la humanidad.

    Un abrazo

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  2. Es que este escrito lo tenia que meter si o si, me gusto mucho en su momento y aqui esta.

    Ademas quiero meter un escrito comentando mi experiencia con ella. Profesionalidad y humildad son dos palabras que la definen muy bien. Hospitalidad y calidez tambien.

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